Ese dia nació apresurado.
La apresurada ducha, que se me antojaba demasiado lenta, el champú sugerido, un secado rápido.
El desayuno, breve sabor del café con leche, demasiado caliente, abandonado en la cocina. Prisa.
El apresurado beso de mi hijo, leve roce de sus labios infantiles en el fugaz umbral de la escuela.
Muy apresurado mi paso hacia la oficina, casi volando, veloz. Mi cuerpo en feroz movimiento. Mi mente planeando sobre mil quehaceres pendientes, programando el dia, planificado tareas, compras,...
Y de pronto… cayó el telón, en forma de dolor agudo, de inesperada náusea. Cayó antes de terminar el primer Acto. Mi vida se frenó, súbita y brutalmente, sin previo aviso, en plena calle y a la luz del dia, de ese dia que nació apresurado y murió inmovilizado.
…
Ahora… cada dia nace apresado. Apresado en un nido de yeso, dia a dia, hora a hora, incubando mis huesos fracturados, paladeando sabores casi olvidados. Dulce presa del tiempo, mi tiempo, sin prisa.
__________________________________________________